entrevista a jeremy saulnier green room blue ruin

Jeremy Saulnier presenta Green Room en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2015

 

El estreno en el Festival de Sitges 2015 de Green Room, una de las películas más importantes de esta edición, nos trajo a Jeremy Saulnier, su director. Aprovechamos para hacerle una entrevista para preguntarle sobre algunos aspectos de su última producción y también de Blue Ruin, su anterior y contundente cinta, aparte nos aportó algún curioso dato sobre su vida personal. Sin duda Jeremy Saulnier es uno de los jóvenes directores norteamericanos más sorprendentes y con más talento de la escena del cine independiente actual. Green Room es una historia aún más violenta que Blue Ruin, un cuento de horror enmarcado en un insólito escenario: un concierto de punk rock.  Vamos allá con la entrevista a Jeremy Saulnier.

 

Primero le quiero dar la bienvenida Sr. Saulnier.

Muchas gracias, estoy muy contento de estar en este festival tan importante, sin duda para mí es un gran reconocimiento.

Hace unos meses impartí un taller de cine independiente y puse el ejemplo de tu anterior película, Blue Ruin como un ejemplo contemporáneo del cine independiente norteamericano.

Sí  ¡qué bueno!

Y a los participantes les gustó mucho Blue Ruin, nadie esperaba una película tan potente ni violenta. La gente también sintió un poco de mal rollo por eso, la película maneja emociones muy fuertes. Acostumbrados como estamos a otro tipo de cine independiente con un sello más autoral ¿Cuál consideras que es tu lugar dentro del cine independiente norteamericano?

Realmente no lo sé. Desde luego huyo de la artificialidad, en Green Room lo que he tratado de hacer es crear una experiencia para el espectador. Mucha gente escribe las historias desde puntos de vista muy románticos, y eso es puramente falso, es artificio. Yo buscaba algo épico pero contenido, a pequeña escala, y me sorprendí a mí mismo, y si puedo sorprenderme a mí mismo entonces puedo sorprender a la audiencia.

Yo mismo me quedé atónito cuando desarrollé esta historia: muchos de los protagonistas de Green Room están cerca de la muerte y no saben cómo manejar la situación, ese es el estándar de la película, nada nuevo, pero lo que yo traté es hacer de Green Room un película de horror y aportar algo nuevo. Los malos de esta película tienen la oportunidad de no meterse en líos, de irse a casa a ver la televisión y olvidarse de todo si fueran un poco listos, pero no lo hacen, siguen a su líder y deciden actuar a modo de auto-preservación, de conservación de su familia. Eso sí es para mí una reacción humana, la película explora la supervivencia de un núcleo familiar.

Has usado el arquetipo familiar en Green Room, una familia de skinheads en este caso. Parece que tus películas hablan de cómo la violencia coexiste con las vidas de la gente ¿Es un tópico en tu cinematografía o en la cinematografía americana en general?

Creo que en Green Room en especial, todo está motivado prácticamente por la violencia. Lo que voy a decir es difícil de digerir pero la violencia es el disfraz de la auto-preservación de la familia de skinheads. En Green Room hay una conspiración para matar gente, en muchas películas de horror hay una presencia maligna o alguien que mata y tortura porque está loco; pero en Green Room es distinto, es como una película de guerra pero en la que hay unos «soldados» muy diferentes a los habituales al otro lado de la puerta.

Blue Ruin y Green Room muestran algo inusual en Europa, la cultura de la armas ¿Cuál es tu principal razón para subrayar este factor?

En Blue Ruin la cultura de las armas no lo es tanto, en el guión quise que las armas estuvieran accesibles para los protagonistas pero también se lo pongo difícil para que puedan adquirirlas con dinero, pero está claro que la cultura de las armas es un problema en Estados Unidos. En muchas culturas hay armas, incluso en Europa, el problema es más bien el uso que hacemos de ellas y nuestra falta de conocimiento al acercarnos a un arma. De todas formas intento no contaminar mis películas demasiado con ese tópico, aunque en Estados Unidos es difícil no dejarse llevar (risas).

En Green Room has escenificado muy bien lo que es una banda de punk rock y la escena skinhead.

Fui vocalista de una banda de punk rock, conozco bien la escena. Tengo muchas historias de esa época, mías y de mis amigos, de los tours que hacíamos conduciendo una camioneta. Actuábamos en restaurantes y sitios muy pequeños como los que has visto en la película así que puse mucho de mis propias vivencias y de las entrevistas que hice a amigos que aún siguen en la escena, tocando en bandas y haciendo giras, todo es material muy personal que ayudó a conformar el guión.

En los noventa había auténticos skinheads nazis en casi todos las actuaciones de punk rock de las ciudades donde íbamos, eso fue algo que siempre me fascinó porque eran muy peligrosos, aunque siempre eran bienvenidos eran muy temidos, siempre la liaban. He tratado de usar personajes similares a los que vi. Había una banda skinhead en particular que hacía una música muy intensa, muy dura, y el cantante era un tipo muy violento, se arrojaba a la gente y podía herirla. Las bandas nazis son la experiencia más aterradora que recuerdo de aquella época de mi vida así que introduje en el guión a los Ain´t Rights, la banda de punk rock, que no son unos tipos duros para nada (risas).

El uso de los espacios pequeños es muy efectivo en Green Room, siempre nos damos cuenta de lo que está ocurriendo. Hay una buena planificación ¿Cómo planificaste la filmación? ¿Existe la sala de conciertos?

Lo más gracioso es que cuando escribí el guión pensé en no usar recursos como la casa de mi madre o la finca de mis amigos, me lo inventé todo, la historia ocurre en lugares ficticios así que cuando llegó la hora de encontrar las localizaciones no pudimos hallar una sala de conciertos como la que ves en pantalla y decidimos construirla, y fue una buena idea porque el guión es muy detallado en ese aspecto y es un poco complicado de explicar a los actores y otros miembros del equipo lo que ocurre en cada momento de la acción; el hecho de construirlo hacía que «traducir» el libreto fuera más fácil. Fue definitivamente la mejor opción aunque para nada barato, nos costó mucho esfuerzo hacerlo. Recrear el club entero, la habitación verde, el escenario y los exteriores como un único set fue fenomenal porque también descubrimos nuevos espacios para rodar, lo complicado fue encontrar una localización apropiada para los exteriores donde colocar el club aunque creo que al final quedó bien, parece un lugar real. Además los otros exteriores en los que rodamos sólo estaban a dos millas de distancia.

¿Es Patrick Stewart un buen líder skinhead? Le conocemos de Star Trek y X-Men y aquí hace un papel muy diferente.

Intentamos distanciarle de sus otros personajes más simpáticos, decidimos que fuera un personaje callado e intimista, y de mentalidad muy práctica, su personaje adopta una decisión a pesar del coste de vidas. Pero si le comparamos con esos personajes que me comentas, el de Darcy en Green Room también se parece un poco, le gusta controlar a todo el mundo (risas).

La verdad es que nos hemos quedado en shock al ver que has convertido a Patrick Stewart en líder skinhead.

Muchas gracias por tu atención. Sólo nos queda desearte mucha suerte con Green Room.

Muchas gracias a vosotros, al festival y a su público.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí