Yojimbo de Akira Kurosawa

El Western desde la perspectiva de lo fantástico 

Es curioso; por muy bajo que hayas caído, el Bien y el Mal siguen existiendo y siempre acabas eligiendo. Puedes elegir un camino para vivir contigo mismo o puedes ir por el otro y seguir caminando, aunque estás muerto y no lo sabes

John Smith (Last Man Standing)

Si en la historia del cine hay un género que ha sido sobrexplotado de la forma más rica y variada, ese sin duda es el western. Durante los más de sesenta años que Hollywood se dedica a hacer «cine del Oeste» sus filmotecas se han nutrido desde las obras clásicas de Raoul Walsh, el conservadurismo de John Ford, la violencia de Sam Peckinpah hasta el intrusismo transcontinental de Sergio Leone.

¿Es el western un género fantástico? Sin duda, y por excelencia. Todo es factible en este género: pistolas donde no se agotan las balas, cabalgatas imposibles, fantasmas de viejos pistoleros buscando venganza, duelos al Sol, punterías increíbles, e incluso gore…En cualquier película del Oeste podremos encontrar estos y muchos más elementos que definen una historia como fantástica. Ha habido westerns con un carácter más marcado en cuanto a la introducción de elementos formales de género fantástico: historias de predicadores, pistoleros o ahorcados que vuelven a reclamar venganza (El jinete pálido, 1973), experimentos psicotrópicos (Un hombre llamado caballo, 1970), dramas espirituales (Dead Man, 1995), mundos futuros (Almas de metal, 1973); la lista es larga.

También encontramos la traslación argumental del western dentro de la más pura imaginería  scifi, salpicando incluso a la space opera. La saga televisiva Galáctica, la reciente Serenity (Serenity, 2005) o partes de la saga Star Wars retoman personajes y argumentos del western y lo sitúan en planetas remotos y naves que viajan a la velocidad de la luz. Quizás la obra cumbre de dicha traslación argumental sería la película Atmósfera Cero (Outland, 1981), remake confeso de Solo ante el peligro (High Noon, 1952) que realizó con gran maestría Peter Hyams, con un lucido Sean Connery en el papel que originalmente interpretaría Gary Cooper.

Como vemos, una virtud del western es la facilidad para trasladar su estructura y tópicos al resto de los géneros. En 1961, el visionario realizador japonés Akira Kurosawa filma Yojimbo (1961), una película en la que un samurai sin nombre llega a una aldea en la que existen dos clanes enfrentados a muerte. Sus servicios cambiarán de bando en función del dinero que le ofrezcan. Esta película es objeto de remake por Sergio Leone en Por un puñado de dólares (Fistful of Dollars, ), y más tarde por el realizador norteamericano Walter Hill en El último hombre (Last Man Standing,  ). En estos films el samurai es sustituido por un pistolero y después por un gangster. Las tres películas se desarrollan en entornos distintos aunque todos sus elementos de género estructuran un western. Las tres películas mencionadas se inspiran de manera muy evidente en la novela de Dashiell Hammet, Cosecha Roja. 

Por un puñado de dolares

El pistolero sin nombre, personaje y eje central de estos tres films, no es un samurai, un gangster, cazarrecompensas, o el Detective de la Continental, es un arquetipo universal. Es una parte de nuestra alma que habita en el cómodo pozo de la amoralidad y la ausencia de conciencia; sin necesidad de remisión ni perdón, está abocada al Mal. A estos personajes el destino les da una oportunidad de elegir; sólo habrá un momento crucial en donde deberán escoger entre su propio egoísmo y la salvación de los inocentes, sacando a la luz el último brillo de humanidad que les queda. La aldea samurai, el pueblo mexicano, la ciudad de los gangsters  o el Poisonville de Cosecha Roja son los purgatorios donde tendrá lugar esta lucha interior, donde el pistolero se verá tentado mil veces por el Mal, y sólo una por el Bien.

EL SAMURAI-WESTERN

Yojimbo (Yojimbo, 1961), de Akira Kurosawa

No era la primera vez que el realizador japonés, Akira Kurosawa, se acercaba al western usando el tradicional cine de samurais. Ya en 1954 realiza Los siete samurais, inequívoco western de katanas que tuvo su versión americana por John Sturges (Los siete magníficos, 1960). Yojimbo cuenta la historia de un mercenario sin escrúpulos que se vende a dos bandos enfrentados por el control del juego en una aldea del Japón medieval. La árida narrativa japonesa hace que el espectador occidental no termine de asimilar los giros y elementos intrínsecos que contiene la película. Esta trama es aprovechada con más fortuna por sus versiones posteriores.

Es muy destacable la escena del primer duelo, donde el samurai da cuenta de unos cuantos mercenarios que se reían de él. Esta escena es magistralmente revisada por Sergio Leone.

La fotografía es meritoria en todos los momentos y condiciones climatológicas que se dan en el film: desde las tormentas de viento hasta las escenas nocturnas, siempre se acentuando el aspecto fantasmagórico de la aldea.

Aparte de todas las referencias formales al western, el antagonista del film exhibe un revólver, «arma mágica» que se convertiría en un Winchester y en una ametralladora Thompson de gangster en las posteriores versiones.

yojimbo 1961

EL SPAGHETTI-WESTERN

Por un puñado de dólares (Per un pugno di dollari, 1964), de Sergio Leone

En la década de los sesenta, un puñado de realizadores italianos cultivó lo que hoy  es un género de culto, el spaghetti-western, término despectivo acuñado por la crítica para definir una visión del western que resultó ser modernista y cambia de forma radical la forma de producir estas películas respecto a los canones establecidos por el western clásico. El spaghetti-western mostraba atención por aquellos aspectos que Hollywood había camuflado bajo los estereotipos del justiciero bueno y el bandido malo moviéndose dentro de una sociedad en perenne «estado de excepción», sin más ley que las armas.

Por un puñado de dólares es el primer remake de Yojimbo. La historia es la misma y se sustituye la aldea japonesa por un poblado mexicano donde hay dos familias enfrentadas a muerte. El pistolero sin nombre, Clint Eastwood, es diestro con el revólver, más rápido que nadie. Como oponente tiene al personaje encarnado por Gian-Maria Volonté, digno antagonista que compite en crueldad con nuestro pistolero.

Aparte de las numerosas virtudes de esta película: dirección, ambientación o  interpretación, la música de Ennio Morricone se antoja como una característica definitoria del film, tanto es así que sus melodías ya han quedado indiscutiblemente ligadas al western y son parte de la cultura popular cinematográfica.

Como detalle curioso apuntaremos a las críticas que entre los puristas del género sufrió la escena final del duelo. Filmada a la altura de los pies, supuso toda una blasfemia hacia los planteamientos del western americano clásico y sus, en ocasiones, insípidos duelos al sol.

Por un puñado de dólares 1964 Sergio Leone

EL GANGSTA-WESTERN

El Último Hombre (Last Man Standing, 1996), de Walter Hill

Bruce Willis es John Smith, el personaje más duro de la saga, un alter ego más frío del pistolero interpretado por Clint Eastwood, en una película más cruda y reflexiva; su expresión, casi inexistente, se compensa con la voz en off que nos regala sus pensamientos y conflictos. Acompañada de la omnipresente música de Ry Cooder, y una puesta en escena polvorienta y desvencijada, nos adentramos en el infierno particular de John Smith con más profundidad que en el de los otros personajes, sobre todo de la plana interpretación de Toshiro Mifune en Yojimbo.

La partitura de Ry Cooder es la que más llega a acercarse al tono de la original, aunque con los matices y profundidades que éste músico de soul-country imprime a sus composiciones. Dura y severa, desde el tema central, Last Man Standing, hasta sus piezas más íntimas, es radicalmente diferente al festival de trompetas y silbidos de Ennio Morricone en Por un Puñado de Dólares, y más cercana a la composición de Masaru Sato para Yojimbo.

Los disparos a bocajarro con que el protagonista despacha a los gangsters y la violencia extrema y amoral en la que se desarrolla la historia, convierten a esta película en la más atractiva de las tres desde el punto de vista del tono: árido, sangriento y desesperanzado, con pocas oportunidades para la redención de los personajes y sólo un tenue hilo de luz al final del camino.

El especialista en westerns, Walter Hill, apunta un interesante detalle al comienzo de la película: John Smith pasa con su coche al lado de un caballo muerto. El director nos quiere decir que el western como género ha muerto, sólo queda su legado.

El Ultimo Hombre Bruce Willis

4 COMENTARIOS

  1. Como siempre muy buen comentario. Y una anotacin curiosa. A mi particularmente El Último Hombre me gusta bastante, vamos que me parece francamente buena y entretenida. Cuando lo digo todos se sorprenden…..Cuidate

    • A mí El Último Hombre me gusta mucho, creo que ha sido una visión muy conseguida, no sólo del original de Kurosawa, también de la novela que lo inspira, Cosecha Roja. Quizás no tenga la lírica de sus anteriores versiones y sea una película más seca y directa, pero es tan apreciable como las demás, lástima que no tenga el mismo reconocimiento.

      Gracias por tu comentario, y ánimo. Un abrazo.

  2. En el western tiene cabida todo. Hace poco vi ‘La noche de los gigantes’ y es puro anticipo abstracto del slasher. Y sí, como apuntas, el hombre sin nombre de Eastwood tiene unas cualidades fantasmagóricas que no solo explotará Leone (en el desenlace de ‘Por un puñado de dólares’, es un fantasma surgido entre el polvo de los cañonazos), sino que lo hará el propio Eastwood como director. Sus protagonistas de ‘Infierno de cobardes’, ‘El fuera de la ley’ y ‘El jinete pálido’ son auténticos resurrectos. Más aún en el último caso, en el que a Eastwood directamente se le invoca mediante una oración apocalíptica.
    Por cierto, nunca me he atrevido a ver ‘El último hombre’ a causa del aprecio que le tengo a los otros dos precedentes y a que Hill suele tender a hacer unos homenajes cinéfilos un poco ñoños. Quizás sea hora de que me vaya animando a ello.

    • Te recomiendo encarecidamente que la veas, es una gran película de acción. Como le comentaba a Plared, no tiene la carga lírica de sus anteriores versiones pero es lo más próximo al ambiente «harboiled» que narra la novela que la inspira, Cosecha Roja.

      Respecto a lo que dices de Eastwood, ufff, es sencillamente brutal, El Jinete Pálido o Infierno de Cobardes son westerns fantasmagóricos y apocalípticos. Una pasada.

      Un abrazo.

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