Crítica de El Hombre sin pasado

Crítica de El Hombre Sin Pasado, de Lee Jeong-beom

Título: El Hombre sin pasado. Año: 2010. Duración: 119’ País: Corea del Sur. Director: Lee Jeong-beom. Guionista: Lee Jeong-beom. Música: Shim Hyun-jeong. Fotografía: Lee Tae-yoon. Reparto: Won Bin, Kim Sae-ron, Kim Tae-hoon, Kim Hee-won, Kim Tae-hoon, Kim Hee-won, Kim Sung-oh, Thanayong Wongtrakul, Jong-pil.

El Hombre Sin Pasado está dirigida por Lee Jeong-beom, que debutó con el drama gangsteril  Cruel Winter Blues (2006), éxito que le valió para dirigir esta nueva cinta, pensada en un principio para un protagonista de más avanzada de edad que la del actor Won Bin, pero que ante el interés de este astro del actioner asiático por el guión adaptó rápidamente el libreto, creando una película más dinámica y con una clara vocación de blockbuster.

Poca duda cabe ya de la capacidad de la industria cinematográfica coreana para emprender aventuras de gran calado como El Hombre Sin Pasado (The Man from Nowhere, 2010).  Poco tienen que envidiar títulos como éste y otros de reciente producción como The Yellow Sea (2011) a otros de factura hollywoodiense. Es más, en la mayoría de las ocasiones, las películas coreanas superan los tabúes y determinantes de producción norteamericanos y crean películas de acción y thrillers más frescos y trepidantes.

Cha Tae-sik (Won Bin) es un agente secreto que vive apartado de la acción, ganándose la vida como prestamista. En el edificio donde trabaja conoce a una niña, So-mi (Kim Sae-rom), cuya madre drogadicta, Hyo-jeong (Kim Hyoseo), ha robado un alijo de heroína a la mafia. Las consecuencias del acto de la madre tendrán funestas repercusiones para ambas, y Cha Tae-sik deberá usar su antigua habilidad contra los gangsters. En el transcurso del metraje, la incipiente relación de cariño entre el agente secreto y la niña se acrecentará, justificando y dotando de humanidad a las acciones de Cha Tae-sik.

Crítica de El Hombre sin pasado

El personaje Cha Tae-sik recuerda a una mezcla entre el asesino de El Profesional (Léon, 1994), que en la susodicha película también se hace cargo de una desvalida niña, a la que enseña las artes del oficio –en El Hombre Sin Pasado no es el caso-, y el hermético asesino mevilliano de El Silencio de un Hombre (Le Samourai, 1967), aunque es obvio que sin el grosor emocional de ninguno de los dos personajes. Cha Tae-sik es un hombre taciturno y poco proclive a mostrar sus emociones hasta el final de la película.

El armazón dramático de El Hombre Sin Pasado está construido a base de arquetipos y situaciones tópicas, en un guión construido modularmente, con algunos problemas de enlace entre unas y otras secuencias, como si el director no quisiera arriesgar demasiado, apelando a la comprensión del público para que avance la acción. Por fortuna, esa debilidad se ve compensada con el buen pulso con el que se filman las escenas de acción. Para ello, el director se vale de una mezcla de artes marciales que facilitan unas luchas directas y rápidas, posibilitando la intervención de varios contendientes a la vez en lugar de la típica espera a que el héroe acabe con uno de los villanos para que entre el otro en escena.

Crítica de El Hombre sin pasado

El final, un heroic bloodshed asiático en toda regla, acompañado por música de violín, culmina la película con un buen montón de gangsters muertos de manera hiperviolenta y muy bien coreografiada. Disparos o cuchilladas, todo vale en el baile de acción propuesto por Lee Jeong-beom para que al final el héroe haga su trabajo. Y entre cada una de las luchas que  componen el baño de sangre heroico, el enfrentamiento a cuchillo con el lugarteniente de la banda mafiosa es, sin duda, el mejor.

El Hombre Sin Pasado no llega a la pretenciosidad y resultados artísticos de los grandes éxitos de thrillers surcoreanos de los últimos años, como The Yellow Sea o Encontré al Diablo (I Saw the Devil, 2010), pero tampoco lo ambiciona, prefiere quedarse en lo que es, un actioner más que digno que procura unos buenos ratos de entretenimiento, sangre y balas, con una historia tierna y paternal como trasfondo, cóctel de elementos que no hace sino dejarnos un buen sabor de boca.

Gracias a las compañías CAMEO y MEDIATRES, en asociación con WINDS OF ASIA, podemos disfrutar de El Hombre sin pasado en formato doméstico de este importante título del cine de acción oriental.

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